Un nuevo libro publicado por autores cristianos está capacitando a los líderes de las iglesias a llegar a los jóvenes ayudándolos a responder a las preguntas que éstos se hacen con más frecuencia.
Por una simple razón, las iglesias están perdiendo su alcance juvenil: No están respondiendo a las preguntas más importantes que los adolescentes se están haciendo.
De acuerdo con Kara Powell, jefa de formación de liderazgo y directora ejecutiva del Fuller Youth Institute, le dijo a The Christian Post, que este es el error que muchos están cometiendo.
Powell asegura que si bien los adultos, padres y pastores tienen la buena intención de ayudar a los jóvenes, no están respondiendo a las preguntas más urgentes de éstos.
«Nuestro mundo siempre está cambiando, y en Fuller Seminary, pasamos una buena cantidad de tiempo en los últimos años no solo entrevistando a los niños, sino también reflexionando sobre: ¿’Cuáles son las mejores respuestas centradas en Jesús en las que quisiéramos que los jóvenes se inclinaran y fueran discipulados?’», comentó la directora, quien también es madre de tres hijos.
«Queríamos determinar, ¿Cuáles son las preguntas más urgentes de los jóvenes? ¿Cómo les indicamos las mejores respuestas de Jesús a esas preguntas?».
En su último libro, titulado Tres grandes preguntas que cambian a todos los adolescentes: cómo aprovechar al máximo sus conversaciones y conexiones, el cual trabajó de la mano de Brad M. Griffin, busca identificar y responder estas preguntas.
El libro tiene la intención de servir como un valioso recurso que sea de ayuda para los padres e iglesias, basándose en una investigación que recopila los datos de más de 2200 adolescentes.
Los autores creen que los jóvenes con frecuencia se preguntan: «¿Quién soy yo?, ¿Dónde encajo yo? y ¿Qué diferencia puedo hacer?».
Powell fue un poco más allá y colocó cada pregunta en una categoría para así poder tener una respuesta más clara y concreta para cada una; estas son identidad, pertenencia y propósito, respectivamente.
«Los jóvenes basan su identidad en las expectativas de los demás; sus amigos, su familia, a veces su iglesia, su equipo de voleibol, sus equipos de baloncesto, sus vecinos, etc.», explicó la directora, sosteniendo que muchos de ellos se dan cuenta de quiénes son dependiendo de lo que esperan los demás.
«Queremos que los jóvenes sepan que son suficientes en un mundo que les dice constantemente que no son suficientes», agregó. «Queremos que sepan que Jesús los hace suficientes. De hecho, Jesús los hace más que suficientes. Pueden descansar en cómo fueron hechos a la imagen de Dios».
Al hablar de pertenencia, la mayoría de los adolescentes aseguran que pertenecen al lugar donde se sienten más seguros.
Por ello, Powell resalta que los jóvenes se muestran hambrientos de seguridad, la cual normalmente viene en forma de amigos, en algunas ocasiones de familiares y raras veces en iglesias.
«La palabra que ofrecemos para padres y pastores es ‘con’… Queremos que los jóvenes sepan que experimentaron su sentido más profundo de conexión con el pueblo de Dios, con una comunidad que les muestra amor incondicional, con un grupo en el que están dando y recibiendo y siendo moldeados».
Para finalizar, una gran cantidad de jóvenes afirma que encuentran su propósito cuando ayudan a los demás. Si bien esta es una respuesta «emotiva», también es un poco preocupante, dice la autora.
«Lo que vimos fue que los jóvenes a menudo trabajaban tan duro para ayudar a los demás que terminaban agotados, estresados y demasiado ocupados. Si ese servicio con propósito no se basa en una teología del Evangelio y lo que significa ser parte del Reino de Dios, entonces creo que incluso una motivación para ayudar eventualmente se quedará corta», enfatizó.
La respuesta para esto se resume en una sola palabra, que según Powell es «historia».
«Creemos que Dios está escribiendo una historia increíble y cada joven tiene una página en la historia de Dios», dijo. «Son solo un párrafo de esa historia. ¿Cómo podemos nosotros, como adultos, ayudarlos a seguir escribiendo esa página y ayudarlos a reflejar quiénes son y quiénes Dios quiere que sean?».
Evidentemente, las preguntas de los jóvenes pueden parecer un tanto complejas, pero tienen un gran potencial. Lo más importante, según la directora, es que no se olvide el hecho de que las respuestas tendrán mayor impacto si hacemos de Jesús el centro de éstas.
Todas las personas, sin importar su edad y género, se hacen estas incógnitas, pero es en la Generación Z donde parecen tener un mayor nivel de urgencia para ser contestadas; es por ello que las iglesias deben estar capacitadas.