El gobierno de Joe Biden relajó este viernes las directrices federales sobre el uso de mascarillas para protegerse de la transmisión de covid-19.

Esto significa que a la mayoría de los estadounidenses ya no se les aconsejará el uso de cubrebocas en espacios públicos cerrados.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) anunciaron el viernes un cambio a las métricas que utiliza para determinar si se debe recomendar el uso de mascarillas, y en lugar de considerar el recuento de casos de covid-19 adoptará una visión más holística del riesgo que supone el coronavirus para una comunidad.

Según las directrices actuales, se recomienda el uso de las mascarillas a las personas que residen en comunidades con una transmisión considerable o elevada, aproximadamente el 95% de los condados de Estados Unidos, según los últimos datos.

Las nuevas métricas seguirán considerando el número de casos, pero también tendrán en cuenta las hospitalizaciones y la capacidad de los hospitales locales, que han mejorado notablemente durante la aparición de la variante ómicron.

Esa mutación es altamente transmisible, pero los indicios apuntan a que es menos grave que las variantes anteriores, sobre todo en el caso de personas con esquema completo de vacunación y refuerzo. Según las nuevas directrices, la gran mayoría de los estadounidenses pueden dejar de vivir en zonas en las que se recomiende el uso de las mascarillas en público, basándose en los datos actuales.

La nueva política se produce en un momento en que el gobierno de Biden se enfoca en la prevención de las enfermedades graves y la muerte por covid-19, en lugar de todos los casos de infección, como parte de un ajuste de la estrategia para una nueva “fase” de la respuesta a medida que el virus se vuelve endémico.

El cambio se produce cuando casi todos los gobiernos estatales de Estados Unidos que habían establecido órdenes de uso de mascarillas en interiores para la oleada invernal de ómicron las han estado retirando a medida que los casos disminuyen precipitadamente en todo el país. Algunos han eliminado por completo los mandatos, mientras que otros han mantenido los requisitos de uso de mascarillas en escuelas e instalaciones médicas.

Aproximadamente la mitad de los estadounidenses elegibles han recibido vacunas de refuerzo y hubo casi 80 millones de infecciones confirmadas. Un modelo influyente usa esos factores y otros para estimar que el 73% de estadounidenses son, por ahora, inmunes a ómicron, la variante dominante. De ser así, eso podría aumentar al 80% a mediados de marzo.

Noticia por: Univision