Las autoridades de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina y del Consejo de Pastores de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La celebración fue instituida para cada 31 de octubre a través de la ley 6551 sancionada en julio último por iniciativa del legislador Emmanuel Ferrario y votada por casi la totalidad de los parlamentarios.

Un numeroso público fue testigo de la ceremonia que comenzó con una oración de la pastora Daniela Freidzón. Entre los asistentes se encontraban pastores de la Ciudad, legisladores de Buenos Aires, entre ellos, varios que facilitaron la promulgación de la Ley celebrada el día de la fecha, pastores que integran la Junta Directiva Nacional de la Alianza, referentes de diferentes ministerios y entidades cristianas.

Entre los mas destacados estuvo presente el Director de Entidades y Culto, Federico Pugliese quien, junto a Carmen Polledo, actual Subsecretaria de Relaciones Institucionales en Buenos Aires y diputada nacional con mandato cumplido, entregó una placa conmemorativa al presidente de ACIERA, pastor Christian Hooft. , y al coordinador del Consejo local. Pastor Norberto Saraco.

Por su parte, Pastor Norberto Saracco expresó que «como iglesias evangélicas estamos dispuestos, como siempre lo hemos estado, a trabajar por el bien común, construir puentes, superar grietas, construir valores». «Jesús nos enseñó que estamos para servir y no para ser servidos. También nos enseñó a estar principalmente del lado de los que sufren, de los pobres, de los marginados. Hemos estado ahí, seguiremos estando ahí, queremos estar ahí», dijo Saracco.

Director Ejecutivo del Consejo de Pastores, Amilcar Matosian, brindó detalles del trabajo que realizan las iglesias de CABA. Así compartió con los presentes la experiencia vivida durante la pandemia.

«Realizamos nuestros principales eventos de evangelización, llegando a lugares inesperados». Con «Octubrillante» brindamos recursos y apoyo gratuitos a cientos de grupos infantiles en toda Argentina. En «Primavera con Vos» cientos de jóvenes salieron a las calles realizando actividades solidarias, artísticas y urbanas con un fuerte énfasis en el cuidado del medio ambiente, la salud mental y la resiliencia. Y en la campaña «Seamos UNO», durante 6 meses, repartimos en CABA, junto a 155 congregaciones, cajas de alimentos que sumaron unas 888 toneladas, explicó Matosian.
25 abr, 2024
Todos nosotros conocemos a alguien, somos ese alguien, o criará a alguien cuya vida será totalmente diferente si se hubieran establecido guardarraíles para gobernar su moralidad sexual Hacer eso no es la opción popular. De hecho, en ningún otro lugar la cultura hace un mejor trabajo al llevarnos al borde (y entonces nos castiga y avergüenza cuando nos equivocamos) que cuando se trata de los límites de la moral. Vemos películas, escuchamos canciones y leemos libros que glorifican el sexo fuera del matrimonio. Nos entretenemos con eso todo el tiempo. ¿Pero cuándo de verdad sucede . . . cuándo alguien que conocemos tiene una aventura? Nos encontramos aterrorizados. Por lo tanto, una advertencia justa: la cultura trabajará en contra de nuestros esfuerzos para establecer guardarraíles morales. Pero en los versículos de hoy, el apóstol Pablo nos explica porqué son tan importnates. Él dice que la inmoralidad sexual es especialmente dañina. De hecho, la pone en la categoria propia, afirmando que es un pecado "contra [your] propio cuerpo." En otras palabras, es malo para la otra persona involucrada y es malo para ti. Y hay más, nunca escapas de las consecuencias. Te puedes recuperar financieramente hablando. Te puedes recuperar académicamente. Pero cuando hablamos de un pecado sexual, es diferente. ¿Perdonado? Por supuesto. Esto no tiene nada que ver con Dios aceptándote y amándote. Es solo que con el pecado sexual, no hay opción de volver atrás. Así que, ¿cuál es el consejo de Pablo? "Huir . . ." ¿No es eso lo que todo esposo quiere que haga su esposa? ¿Qué quiere toda esposa que haga su esposo? ¿Qué quiere todo hermano que haga su hermanita? "Huir de la inmoralidad sexual." ¿Cómo hacemos de eso un guardarraíl personal? Vamos a considerar como Jesús definió el pecado, y entonces veremos como eso se aplica al pecado sexual. A lo largo de su ministerio, Jesús enseño que lo mejor para otras personas es lo mejor. El pecado, entonces, es algo que no llega a ser justamente eso. Cada vez las veces que me ponga a mí antes que tu en detrimento tuyo, eso es un pecado. Cada vez que tu te pongas antes que yo para mi detrimento, eso es un pecado. Así que, el guardarraíl para nuestra sexualidad debería debería evitar que hagamos nada que no sea lo mejor para la otra persona. ¿Los hará sentir vergüenza?¿Se convertirá en un secreto que llevarán por el resto de su vida? ¿Socavará sus futuras relaciones? Entonces, como Pablo dijo, "huye."
25 abr, 2024
Nuestros mayores arrepentimientos comúnmente están conectados con la gente a la que consideramos amigos. Puede que los tuyos estén relacionados con la universidad, un compañero de clase, o un ex-novio. Puede que sea un grupo de amigos, que en retrospectiva, desearías no haber conocido nunca. Incluso si estás solo, Incluso si estuvieras solo, lo más probable es que tu mayor arrepentimiento haya surgido de una relación. Estas amistades desafortunadas nos han enseñado (a menudo por las malas) que nuestros futuros se ven afectados por las personas con las cuáles pasamos tiempo. Esta es la razón por la cuál necesitas guardarraíles en una relación. Salomón, uno de los hombres más sabios que haya existido jamás, escribió: "El que anda con sabios, sabio será . . ." En otras palabras, la sabiduría es contagiosa. Haz vida con los sabios, y con el tiempo, te convertirás en un sabio. Pasa automáticamente. Y hay una segunda parte: ". . . Mas el que se junta con necios será quebrantado."Cuando te juntas con necios, quedas atrapado en las consecuencias de sus malas decisiones. Te alcanza la metralla. Tu reputación se arruina tal cual. Te despiden como a ella. Tampoco estarás invitado la próxima vez. Los guardarraíles personales nos ayudan a evitar "la necedad" Así que, mientras meditas sobre tus amistades, aquí están tres guardarraíles a considerar. Cuando alguna de estas cosas ocurra, deja que te iluminen la conciencia antes de que sufras algún daño. 1. Te das cuenta de que estás intentando ser alguien que realmente no eres. 2. Algo que nunca antes había sido una tentación, ahora la consideras. 3. Esperas que las personas que te importan no sepan de tu paradero. Recuerda, los guardarraíles no están para que digan que algo (o alguien) esté bien o mal. Están para guiarte de vuelta a la sabiduría. Así que, ¿alguna de tus amistades te está desviando hacia la zona de peligro? ¿Contra qué guardarrail te estás tropezando y qué vas a hacer al respecto?
23 abr, 2024
Nadie planea arruinar su vida más de lo que planea destruir su coche. En la carretera, encontramos guardarraíles colocados para evitar que nos desviemos a zonas peligrosas o fuera de los límites. ¿Y si tuviéramos guardarraíles en nuestras relaciones, finanzas o carreras? Algunos de nuestros mayores arrepentimientos se podrían haber evitado o al menos minimizado si tuviéramos guardarraíles personales para nuestro dinero, relaciones, moralidad y emociones. Los guardarraíles personales son estándares de comportamiento que se convierten en asuntos de conciencia. Son reglas que tienes para ti las cuales iluminan tu conciencia cuando te topas con ellas. Y al igual que los guardarraíles de las carreteras, están colocados en los sitios donde aún se está seguro. Mucho antes de arruinar tu carrera, un guardarraíl personal debería decirte que te estás metiendo en problemas. Mucho antes de que digas palabras que no vas a poder retirar, un guardarraíl personal debería advertirte para que consideres tus palabras con atención. El apóstol Pablo nos da un consejo muy útil cuando comenzamos a colocar nuestros guardarraíles: "Por tanto, tened cuidado cómo andáis; no como insensatos, sino como sabios. . ." El apóstol Pablo sabía (y puede que tu lo hayas experimentado) que puedes acabar en un desastre sin romper ni una ley. Puedes destrozar tus finanzas sin ni siquiera gastártelas de una manera no ética. Puedes arruinar una relación sin ni siquiera cometer nada pecaminoso. Los guardarraíles no están solo para mantenernos en el lado correcto vs. el lado equivocado. Están para mantenerte en el laso de la sabiduría. Así que, esta es la pregunta que vas a aplicar a tu dinero, relaciones, moralidad y emociones durante los próximos días: A la luz de mis experiencias pasadas, mis circunstancias actuales, y mis esperanzas y sueños futuros, ¿qué elección es la más sabia? En tu matrimonio . . . en tu carrera . . . cuando se trate de donde deberías vivir o como deberías pasar el tiempo . . . ¿qué elección es la más sabia? ¿de qué manera esta pregunta hubiera cambiado la decisión o situación de la que más te arrepientes en tu pasado? ¿De qué manera podría ayudarte hoy? Si vives demasiado cerca del borde, quizás sea el momento de montar un guardarraíl.
18 abr, 2024
«Por causa del fuerte viento que soplaba, el lago estaba picado. Habrían remado unos cinco o seis kilómetros cuando vieron que Jesús se acercaba a la barca, caminando sobre el agua, y se asustaron. Pero él les dijo: “No tengan miedo, que soy yo”» (Juan 6:18-20 NVI). Cuando estamos en medio de una tormenta, buscando una solución a un problema apremiante, solo intentamos atravesarlo, o salir de él, o alejarnos de él. Durante esos momentos de la vida, es fácil concentrarse tanto en el problema—lo que sea que lo esté causando—que nos perdemos lo que está pasando en medio de él. Miramos nuestros recursos, y el tamaño de la tormenta, y no vemos una solución. A menudo, perdemos la perspectiva de que «nosotros no podemos, ¡pero tú sí, Jesús!». Los problemas que enfrentamos son oportunidades para que Cristo demuestre que lo que no podemos hacer, ¡Él sí puede! En Juan 6:1-13, leemos de un acontecimiento en que Jesús alimentó a una multitud. Una gran multitud se había reunido para escucharlo. Los discípulos vieron el hambre de la gente, pero no vieron una solución. Cuando Jesús preguntó: «¿Dónde vamos a comprar pan para que coma esta gente?». Felipe respondió: «¡Ni con el salario de ocho meses podríamos comprar suficiente pan para darle un pedazo a cada uno!» (versículos 5-6 NVI). Los discípulos vieron el problema, pero no reconocieron quién estaba con ellos. Jesús intervino, la necesidad fue satisfecha, y la gente fue milagrosamente alimentada en abundancia. En el proceso, los discípulos aprendieron que Cristo podía hacer lo que ellos no podían. Lo mismo ocurre en nuestras vidas cuando nos sentimos abrumados y no vemos ninguna solución a la vista. Necesitamos recordar que Jesús está con nosotros. No estamos solos o sin ayuda. Lo que nos desconcierta no desconcierta a Cristo. Él nunca se deja desconcertar por nuestros problemas y tiene las soluciones. Jesús intervino en medio de esa «tormenta». Pero en Juan 6:16-21, vemos cómo intervino en un tipo diferente de tormenta, del tipo más literal. Los discípulos estaban en un bote en medio de una tormenta aterradora. Estaban seguros de que se hundirían y gritaron sus oraciones de ayuda. Pero no escucharon nada. Si Jesús estuviera con ellos en la barca... pero no lo estaba. El momento tenía todos los elementos de una crisis. La tormenta controlaba a los discípulos y los mantenía con miedo. Pero entonces ocurrió lo inimaginable. Los discípulos en la barca «cuando vieron que Jesús se acercaba a la barca, caminando sobre el agua, y se asustaron. Pero él les dijo: “No tengan miedo, que soy yo”» (Juan 6:19-20 NVI). Jesús se acercó a ellos en medio de las tormentas y les dijo que no tuvieran miedo porque él—Dios mismo—estaba con ellos. «Así que se dispusieron a recibirlo a bordo, y en seguida la barca llegó a la orilla adonde se dirigían» (versículo 21 NVI). En el momento en que los discípulos invitaron a Cristo a subir a la barca, llegaron a la orilla. Las tormentas también pueden dominar nuestras vidas. Así como no tenemos autoridad sobre las tormentas de la naturaleza, tampoco tenemos autoridad sobre las tormentas de la vida. Pero cuando no vemos nada más que oscuridad y nos preguntamos si Dios está cerca, debemos recordar que nuestra mayor necesidad es su presencia. Sí, queremos que la tormenta pase. Sí, queremos que los vientos se calmen. Pero sí, sí, sí, queremos saber, necesitamos saber, y debemos saber, que nuestro gran Dios está cerca. Hoy, sigue el ejemplo de los discípulos y dale la bienvenida a Jesús en medio de tu tiempo turbulento. No dejes que la tormenta dirija hacia adentro. Deja que te dirija hacia arriba. No intentes capear el temporal solo. Rema la barca y saca el agua, pero sobre todo pídele a Cristo que entre en tu barco que se hunde. Cree que nunca estás solo, que tu Dios milagroso te ve, se preocupa por ti y llegará para socorrerte. Él sigue siendo el gran YO SOY. La próxima vez que ores: «¿Será que alguien podrá ayudarme?»... escucha la respuesta de Jesús: «Yo estoy contigo en la tormenta». Responde ¿Cómo has visto que una tormenta se haya convertido en una oportunidad para que Cristo haga un milagro en tu vida? ¿Te gustaría ver tu fe expresada en una tormenta que estás enfrentando ahora? ¿Cómo te consuela la presencia de Jesús en medio de tu tormenta? ¿Cómo afecta la manera que respondes a tus circunstancias la realidad de su presencia?
17 abr, 2024
En el lapso de 12 horas del martes cayeron casi 100mm (4 pulgadas) de lluvia en Dubái, cantidad equivalente a lo que normalmente recibe la ciudad en un año entero según la ONU. La intensidad de la lluvia obligó a algunos conductores a abandonar sus vehículos al ver que las carreteras se convertían en ríos debido al aumento del nivel del agua. La lluvia en Dubái forma parte de un sistema de tormentas más grande que afecta a la Península Arábiga y se desplaza hacia el golfo de Omán, trayendo también un clima inusualmente húmedo a Omán y el sureste de Irán. En los Emiratos Árabes Unidos, donde Dubái se encuentra, el clima es cálido y seco, por lo que las lluvias son poco frecuentes y la infraestructura no está preparada para eventos extremos como este. La fuerte lluvia que cayó el martes fue muy intensa. Estos eventos de lluvias torrenciales se volverán más comunes debido al cambio climático causado por el ser humano. A medida que la atmósfera se calienta, puede retener más humedad y liberarla en forma de lluvias intensas.
17 abr, 2024
«El hombre creyó lo que Jesús le dijo, y se fue» (Juan 4:50 NVI). Sentirse atascado es una sensación de impotencia y desesperanza. Pero aunque a veces nos sintamos atascados, nuestras circunstancias nunca son un obstáculo para Jesús. Quiere ayudarnos a desatascarnos, sin importar la razón por la que nos quedamos atascados en primer lugar. Vemos esto en los dos siguientes milagros que relata Juan. Se trata de dos hombres que necesitaban desesperadamente un milagro: un funcionario de Capernaúm y un hombre enfermo en el estanque de Betesda. Ambos hombres estaban atascados, pero por razones diferentes. En Juan 4:43-54, leemos acerca de un funcionario cuyo hijo estaba muy enfermo. Había hecho todo lo que podía por su hijo, pero había llegado al final de sus recursos. Ahora, estaba atascado. Pero había oído hablar de un hombre llamado Jesús que tenía el poder para sanar a su hijo. Así que caminó todo el día desde Capernaúm a Caná, encontró a Jesús y le rogó que viniera para sanar a su hijo. No insinuó que era digno de la asistencia divina, solo llegó a Cristo como un padre desesperado. El hombre no solo tenía una petición, sino también un plan de acción: los dos irían caminando a Capernaúm hasta llegar al niño moribundo. La respuesta de Jesús podría sorprendernos. «¿Acaso nunca van a creer en mí a menos que vean señales milagrosas y maravillas?» (Juan 4:48 NTV). Tal vez Jesús vio una fe contingente en la petición del padre. El hombre no solo pidió ayuda, sino que también le dijo a Jesús la forma en que la ayuda debía ser administrada. Por cualquier razón, Cristo sintió que una advertencia estaba en orden. Jesús le dijo que se fuera a casa y que su hijo viviría. No se ofreció a ir con él. Este fue el momento en que el hombre tomó la decisión de creer en la palabra hablada de Cristo. Como resultado, no solo el niño fue curado, sino que el milagro también resultó en la fe salvadora de toda la casa. El milagro vivificante de la sanidad del niño fue a corto plazo. Pero el milagro de fe de Jesús fue eterno. Aquellos en la casa del hombre recibieron la vida eterna. Más adelante, en Juan 5:1-15, leemos la historia acerca de un hombre paralizado junto al estanque de Betesda. Como escribe Juan: «Un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese» (versículo 4 RVR1960). El hombre había permanecido en esa condición durante treinta y ocho años. Jesús vio la necesidad que el hombre tenía de una sanidad física. Pero también vio una necesidad más profunda. Le llevo a preguntarle al hombre: «¿Quieres quedar sano?» (versículo 6 NVI). Jesús vio que el hombre necesitaba desatascarse. Necesitaba ser motivado para actuar con fe. Jesús satisfizo ambas necesidades. Sentirse atascado es a menudo una cuestión de una oración aún no contestada, o una oración no contestada de la manera en que yo la pedí. ¿Cómo caminamos por la fe cuando estamos ciegos a la solución? Puede que Cristo no nos revele todas las respuestas que deseamos tener, pero sí nos asegura: «Nunca te dejaré; jamás te abandonaré» (Hebreos 13:5 NVI). Tal vez la respuesta venga de este lado del cielo. Tal vez te espere del otro lado. De cualquier manera, Dios está tan cerca como nuestro próximo aliento. Más cerca que nuestra propia piel (ver Salmo 139:7-10). Él está presente para ayudar, no para herir, dañar o dificultar. ¡Así que aguanta! No te rindas. La ayuda ha llegado. Asume que algo bueno va a pasar. Dios está obrando. ¡Él no ha terminado todavía! Fija tu brújula en la estrella polar de la promesa de Dios, y pon un pie cansado delante del otro. Jesús ha hablado. Deja que su palabra haga lo que tenía que hacer: guiarte a casa. ¿Estás listo para desatascarte? No esperes un día más para creer en el Jesús que cree en ti y comenzar la caminata; entusiásmate con la marcha. ¡Verás lo que Dios hará! Responde Describe un momento en el que te has sentido atrapado entre una oración y la respuesta de Dios. ¿Cómo fue tu relación con él en ese momento? ¿Cómo puede cambiar tu andar por fe si crees lo que dice la palabra de Dios? ¿En qué área de tu vida te gustaría pasar de estar «atascado» a caminar con fe? ¿Cómo influye en este proceso tu comprensión del amor de Dios y el interés específico que él tiene en tu vida?
16 abr, 2024
«Jesús hizo muchas otras señales milagrosas en presencia de sus discípulos, las cuales no están registradas en este libro. Pero estas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que al creer en su nombre tengan vida» (Juan 20:30-31 NVI). Tal vez conozcas la espiral descendente de sentirte solo y no amado. Si conoces este sentimiento quiero decirte que no estás solo, y con esto no quiero decir que no eres el único en sentirte de este modo, sino que literalmente no estás solo. ¿Esa cruda y oscura sensación de aislamiento e impotencia? No está aquí para quedarse. La verdad es que nunca estás verdaderamente solo cuando Jesús está en tu vida (ver Mateo 28:20). Puedes creer en la tierna presencia y el gran poder de Cristo. Puedes confiar en que Dios te cargará en sus brazos. Puedes saber que eres más fuerte de lo que crees porque Dios está más cerca de lo que piensas. Jesús quiere mostrarte un Dios milagroso que te ama, se preocupa por ti y llega para socorrerte. Juan responde a muchas de nuestras preguntas sobre la presencia de Dios a través de los milagros vivificantes de Jesús que presenta en su Evangelio. El propósito de estos milagros, como él escribe, es para que podamos tener una creencia vivificante y una fe abundante, robusta y resiliente (ver Juan 20:31). La vida se manifiesta cuando creemos. Las señales que Juan relata pretenden despertar la convicción en esta promesa: nunca, nunca estamos solos. A través de esta fe, encontramos una fuerza más allá de nuestra fuerza. Cumplimos tareas que están más allá de nuestra capacidad. Vemos soluciones más allá de nuestra sabiduría. La creencia ocurre cuando ponemos nuestra confianza en Dios. Es una decisión de apoyarse completamente en la fuerza de un Salvador vivo y amoroso. Los milagros citados por Juan están diseñados para servirnos como muestras del libro de jugadas de Dios. Todos los eventos que él relata están juntos como una sola voz, llamándonos a levantar nuestros ojos y abrir nuestro corazón a la posibilidad—de hecho, la realidad—de que la mayor fuerza en el universo es de Aquel que tiene buenas intenciones y nos trae esperanza. En estos días de crisis, aislamiento y depresión, este mensaje es más necesario que nunca. Queremos hacer saber que alguien se interesa. El apóstol Juan quiere que sepamos que a Dios le importa. Podemos creer en la fortaleza de este Dios amoroso. Tú y yo anhelamos a alguien que nos encuentre en medio del caos de la vida. Anhelamos creer en un Dios vivo, amoroso, que obra milagros, que no pensará dos veces antes de meterse en nuestros líos y sacarnos de ellos. El primer milagro que relata Juan, el de Jesús convirtiendo el agua en vino (ver Juan 2:1-12), nos da esa esperanza. Jesús estaba dispuesto a usar su poder divino para convertir el agua en vino en una boda, simplemente para que la familia de la pareja que se casaba no fuera avergonzara ni tuviera vergüenza. Si estaba dispuesto a hacer esto, ¿cuánto más dispuesto estaría a intervenir en los asuntos más importantes de la vida? El milagro del agua convertida en vino nos da este mensaje: nuestras provisiones menguantes, por insignificantes que sean, son importantes para el cielo. Dios quiere que sepamos que podemos llevarle nuestras necesidades - todas nuestras necesidades - a él (ver Filipenses 4:6). Le corresponde a él, como nuestro Padre celestial, atender las necesidades y responder a nuestras peticiones, sus hijos. Por tanto, te hago esta pregunta: «¿Le has pedido? ¿Has convertido tu déficit en una oración?». Jesús adaptará una respuesta exacta para tu necesidad. Él no es un cocinero de comida rápida, sino un consumado chef que prepara bendiciones únicas para situaciones únicas (ver Lucas 4:40). Una oración exacta le da a Cristo la oportunidad de eliminar toda duda sobre su amor e interés. Tu problema se convierte en su camino. El desafío que enfrentas se convierte en un lienzo sobre el cual él puede demostrar su mejor obra. Así que presenta una simple oración y confía el problema a Cristo. Pon a Jesús a cargo de tu problema y confía en que él hará lo correcto (ver Juan 2:5-10 y Efesios 3:20). Responde ¿Cómo cambia tu perspectiva de la vida y la fe cuando te sientes solo o aislado? ¿Cómo te acercas a Dios cuando tienes una necesidad específica, sin importar cuán grande o pequeña sea? ¿Cómo has visto la respuesta milagrosa de Dios a una oración? ¿Cómo describirías tu fe en el deseo y la capacidad de Dios para amarte y cuidarte abundantemente? ¿Cómo dicta tu fe la plenitud de tu vida (según se describe en Juan 20:31)?
15 abr, 2024
Jeff Kinley, experto en profecía y autor de libros como "El gran final de Dios" y 'El fin del mundo según Jesús de Nazaret", ha abordado estas tendencias y explicado lo que realmente dice la Biblia al respecto y por qué es relevante. Según Kinley, es importante que los cristianos presten atención a la situación actual en Israel, donde la nación está enfrentando una intensa lucha contra Hamás, Hezbolá e Irán. Para comprender lo que realmente está ocurriendo, es fundamental centrarse en este conflicto y en la región en general, afirmó que en la Biblia se menciona que las naciones se unirán en contra de Israel en el futuro, y se cuestionó si los eventos actuales podrían ser el preludio de los sucesos profetizados por Cristo y otros. Sabemos que se producirá una invasión. Va a suceder en los últimos días, cuando Israel se sienta seguro en la tierra. Obviamente, ella no se siente segura en este momento, pero creo que estas piezas del tablero de ajedrez se están colocando en su lugar, con Irán, Turquía, Irak, Rusia incluso llegando al sur con activos, en Siria y estos representantes Hamás y Hezbolá de Irán simplemente están allanando el camino”, finalizó
11 abr, 2024
Un amigo quien formó parte de las fuerzas militares de mi país por muchos años, me envió un material que habla del liderazgo militar. En pocas palabras, el texto define que no hay liderazgo y autoridad sin sujeción a los rangos superiores, representados por los comandantes y el estado mayor, los cuales deben garantizar que sus decisiones y acciones cumplan con las leyes y normas del país que representan. Lo mismo sucede en el ámbito espiritual; no hay poder, liderazgo y autoridad si no nos rendimos completamente al Señorío de nuestro comandante en jefe, Jesucristo; Rey de reyes y Señor de señores, y cumplimos fielmente todo lo que el Reino de Dios representa (Ap. 19:11-16, Ga. 2:20, Ro. 6:13, Mt. 7: 21-23). Un soldado de Cristo no puede luchar eficazmente contra las fuerzas del mal, si primero no se asegura de tener toda la armadura espiritual puesta y haber examinado su vida con la intención de no darle una oportunidad al enemigo para que lo neutralice rápidamente o sea descalificado para la batalla por causa de algún pecado oculto (Efe. 6:10-18, 2 Co. 13:5-7, Pr. 28:13, Ez. 8:12). En el ámbito terrenal, el rey Saúl fue descalificado por Dios, no solo por desobedecer sus órdenes directas, sino porque el orgullo lo había cegado de tal manera que se había olvidado bajo el mando de quién reinaba; pues en lugar de seguir las instrucciones de Dios, seguía sus propios intereses (1 Sam. 15:1-31). En el ámbito espiritual, el Lucero de la Mañana quien fuera creado en el Edén de Dios, revestido de esplendor y nombrado querubín protector; fue descalificado y expulsado del trono celestial porque permitió que la maldad hallara cabida en su corazón a tal punto de elaborar y creer la mentira de ser un dios en sí mismo. Satanás cayó del cielo por su pecado de arrogancia y la egoísta audacia de querer obrar separado de Su Hacedor (Ez. 28:1-19, Is. 14:4-27, Lc. 10:18). Recuerda, “La rebeldía es tan grave como la adivinación, y la arrogancia, como el pecado de la idolatría.” Por tanto, asegúrate de rendirte completamente a Cristo y obedecerle en todo lo que te pida, antes de querer enfrentar cualquier batalla espiritual (1 Sam 15:23). Martin Lutero dijo, “Yo he preferido ser obediente, que ser capaz de hacer milagros.”
10 abr, 2024
“El propósito del ladrón es robar, matar y destruir; mi propósito es darles una vida plena y abundante”. (Juan 10:10) Aunque no me gusta darle tanta importancia y poner de nuevo en circulación por medio de su exagerada mención a un diablo ya derrotado, si soy consciente que tenemos un enemigo real cuyo principal objetivo es robar, matar y destruir. Desde que nacemos, el diablo comenzó a elaborar todo tipo de ataques en contra nuestra, con tal de que no pudiéramos ver la luz del glorioso evangelio de Jesucristo; tristemente muchas personas sucumben a sus ardides y terminan siendo seducidos a vivir una vida alejada de su Creador y sirviendo a los intereses del enemigo de nuestras almas. Nuestro adversario sabe que no podrá atacarnos para siempre, así que está aprovechando al máximo el tiempo que tiene. Apocalipsis 12:12 dice que Satanás "Está lleno de furia, porque sabe que le queda poco tiempo". Lo esperanzador para ti es saber que en el mismo instante en que entregas tu vida a Dios y te rindes al Señorío de Cristo, tu Padre Celestial envía a tu corazón el Espíritu Santo a morar en tu interior y Él te sella con su presencia, es decir, Él te reclama como propiedad suya y el diablo no tiene más dominio sobre tu vida. Las escrituras también nos advierten que nuestra lucha no es con seres humanos, sino con principados y autoridades que operan en rebelión bajo los reinos del mundo invisible, también contra fuerzas de demonios y espíritus malignos que sumergen al mundo en oscuridad (Ef. 6:12). Cuando tomas la decisión de desarrollar una relación con Jesucristo, automáticamente te conviertes también en un soldado de Su ejército y como soldado de Cristo, Él pone a tu disposición armas defensivas y ofensivas con las cuales podrás enfrentar las batallas de la fe y experimentar la victoria en la guerra espiritual. Descubre en las próximas reflexiones cómo mantenerte en estrecha comunicación con tu comandante celestial y obedecer Sus órdenes, para enfrentar las batallas contra las fuerzas del mal cuando sea necesario.
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