
Seguramente habrán muchas personas alrededor tarareando ahora mismo la pegadiza canción, hablamos como no podía ser de otra forma de la canción de Shakira, que todo el mundo coincide que le dedica a su exmarido Gerard Piqué.
Sin duda esta colaboración con Bizarrap ha sido el tema de la semana, se ha convertido en objeto de mil conversaciones y hasta memes; se ha analizado al detalle cada frase de la letra.
Está dando mucho de qué hablar con el paso de los días, por lo surge la interrogante de la perspectiva bíblica: ¿Cómo deberíamos pensar sobre esto? y qué opinan los psicólogos sobre las implicaciones que puede tener desde ese punto de vista.
Psicólogas analizaron el hecho de que la cantante colombiana exprese cómo se siente en la letra de la canción: una herida tras la ruptura.
Una mujer herida
«¿Qué quiere transmitir Shakira con su letra? Ella transmite que está muy herida con la ruptura, no solo desde el punto de vista de la tristeza y de la ira, que son dos emociones que expresa muy bien, sino que, además, intenta dejarlo en evidencia a través de su figura pública, de sus canciones. Coge su música, que es donde es una estrella, y ahí lo estampa todo. Coge como sus partes más fuertes, lo hace desde la música, desde su profesión, y desde ahí manda todos los mensajes», dice Rebeca Cáceres, que cita las fases de duelo duelo, tristeza, rabia, culpa y miedo, y finalmente, a la aceptación.
«Pueden ser muchas a la vez. Incluso ella se culpa de alguna manera de haberlo elegido a él. Ella muestra, sobre todo, enfado, pero detrás de ese enfado creo que hay tristeza», comentó la experta de Tribeca Psicólogos.
«Está sacando la rabia y la está sacando de una manera en la que ella no se está autoboicoteando. Si no se saca la rabia desde ahí en estas situaciones de tanto dolor, lo que ocurre es que la rabia a veces la retroalimentamos. Nos quedamos en la cama, dejamos de hacer canciones, nos deprimimos, idealizamos al otro… y podemos meternos en una depresión mayor a causa de una triangulación. Tenemos que elegir entre la depresión o curarnos. ¿Me deprimo o me callo por el qué dirán? Ella ha decidido utilizar lo que tiene para canalizar y para explicar al mundo que esto está mal hecho. A través de su profesión deja bien dicho lo que ha ocurrido a la sociedad», expresó por su parte Pilar Guerra.
¿Qué enseña la biblia?
Primeramente, debemos decir que la música no es mundana ni mala en sí misma, la música simplemente es un instrumento neutral que lo podemos usar para el propósito bueno o malo.
Similar el dinero, no es malo ni bueno, solo dependerá del uso que se le dé, para saber si debemos escuchar una canción o no, debemos saber de qué fuente viene, o mejor dicho, saber quién compuso e interpretó la canción.
El problema no es solamente la letra de una canción, si es sana o no, también influye muchísimo la vida e identidad espiritual de la persona que compuso tal canción.
Por la Biblia sabemos que los que no son cristianos, los demonios controlan y manejan la vida de esta persona, no hay nadie que pueda estar en el medio, entre Dios y el Diablo, o le pertenece a Cristo o es propiedad del diablo, y por lo tanto la mente está influenciada por el mismo Satanás.
Cristo dijo en Mateo 6:24 que “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará al otro” asi que los artistas musicales o son cristianos o son propiedad del Diablo.
Algunos dicen que si la letra es sana, entonces podemos deleitarnos en la melodía de esta canción, pero la gran verdad es que si esa melodía linda, con palabras hermosas, vienen de un inconverso lleno de adulterio, fornicación y brujería tu espíritu está siendo ministrado por Satanás, luego esta ministración se manifiesta en acciones que tomamos en la vida.
Los ojos y los oídos son la puerta del espíritu, a través de ellos nos alimentamos, ya sea de lo que edifica o de lo que destruye.
Tu mente natural puede recibir lo que una canción dice (su letra) o sea, pero tu espíritu recibe lo que el compositor “ES”, no lo que dice solamente.
En ocasiones subestimamos el poder de la música pensando que solo es una expresión del arte así como la pintura, pero esto no es así, la música es un instrumento o arma espiritual, más allá que artístico.
Por esto los ritos satánicos de los brujos y santeros siempre tienen música, a parte de que través de la música los demonios huían de Saúl cuando David tocaba el arpa 1 Samuel 16:23.
A través de la música es que cayeron los muros de Jericó Josué 6, y a través de la música y cánticos espirituales dice Pablo que podemos ser llenos del Espíritu Santo.
Entonces, ¿Siendo cristianos podemos escuchar canciones mundanas?
Así que en conclusión, los cristianos no debemos oír este tipo de canciones, simplemente porque la música no solo alimenta nuestra mente, sino también nuestro espíritu, y cuando oímos la música de un impío, nuestro espíritu recibe la identidad del autor, el cual es un instrumento usado por el mismo Diablo.
Muchos están en el camino correcto de la fe, pero comienzan a ceder sus principios en algunas áreas, entre ellas la música, y poco a poco se alejan de Dios.
Tal vez oír canciones del mundo no sea un pecado capital de muerte para muchos, pero definitivamente sí afectará tu vida espiritual después de algún tiempo.
Eclesiastés 10:1 dice que “Las moscas muertas apestan y echan a perder el perfume», así también las pequeñas libertades que nos damos fuera de la voluntad de Dios, son las que pudieran echar a perder poco a poco nuestra vida de santidad.
Alimentemos nuestro espíritu de lo que edifica, no de lo que compone un mundano que no le importa la santidad, ni Dios, ni su iglesia.
Dios desea que seamos santos para él en todas las áreas de nuestra vida, por esto Pedro dijo: “así como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda, escuche bien, en toda vuestra manera de vivir” 1 Pedro 1:15.

Llegó diciembre, y con él llegó el aire fresco, las luces brillantes y la ilusión. Ya casi era Navidad en Buffalo, y lo único que faltaba en mi trabajo era el viejo Papá Noel. Para la fiesta de fin de año, mis compañeros de trabajo querían un Papá Noel y conocían al hombre indicado para ese papel: yo. Acepté de mala gana. Una cosa es ser Papá Noel en un centro comercial donde los niños te ven como un héroe. ¿Pero en un campus universitario? ¡Uf! Estaba tan avergonzado y molesto con mis compañeros de trabajo, pero cuando llegó el momento de disfrazarme, nada de eso importó. Ya no era Thomas Rodrigues. Era Papá Noel. Y Papá Noel no está resentido. No se cree demasiado genial para ser Papá Noel. Papá Noel es alegre. Papá Noel es generoso. Papá Noel siempre está dispuesto a todo. Para prosperar, tuve que olvidarme de que era Thomas y aceptar la chaqueta sudada y la barba que picaba como propias. Ese día, me convertí en Papá Noel. La vida cristiana es similar. En Colosenses 3, Pablo nos instruye a despojarnos de la vieja manera de vivir y revestirnos de la nueva. ¿Por qué? Porque ya no somos así. Ya no vestimos nuestras viejas vestiduras de pecado y quebrantamiento. Somos "escogidos de Dios" y "santos y amados por Dios". Al recibir, con fe, el mayor regalo de Dios, Jesús, recibimos una nueva naturaleza. Los elegidos de Dios no necesitan ser controlados por el mal deseo. Los seres queridos no necesitan guardar rencor. Como cristianos, ya no somos terrenales, sino elegidos, santos y amados. ¡Adelante, ponte eso! Reflejar Dios nos dice en su Palabra que si eres seguidor de Jesús, has sido elegido por Dios mismo. Nos dice que ahora eres santo y eres su amado. ¿Alguna vez te resistes a esas verdades? ¿Qué parte de ser elegido, santo y amado te resulta difícil de aceptar? El Espíritu Santo nos ayuda a creer en las verdades de la Biblia y nos capacita para vivirlas. Pídele que te muestre cómo es caminar de la mano con Él. Orar Señor, ¿me ayudarás a creer lo que dices de mí? Dices que soy santo, elegido y amado. Espíritu Santo, ¿caminarás conmigo cada día y me ayudarás a vivir como santo, elegido y amado? Quiero revestirme de mi nueva naturaleza y alejarme del pecado. Quiero conocerte más, Jesús. Ayúdame a buscarte cada día. Gracias por tu gracia y poder para vivir en amor.

Una escena ocurrida en la tienda H‑E‑B de Burleson se ha vuelto viral por mostrar el lado más humano del servicio al cliente. Durante una jornada con alta afluencia, Partners de la tienda actuaron con calma, empatía y profesionalismo, brindando apoyo y respeto a los clientes en todo momento. La propia empresa confirmó lo sucedido y reconoció el compromiso de su equipo, agradeciendo el respaldo de la comunidad y enviando un mensaje de buenos deseos en estas fechas. Un recordatorio de que los pequeños actos hacen una gran diferencia.

La belleza de las luces navideñas multicolores me recuerda a los dulces M&M de chocolate. Una Nochebuena, me senté cerca del árbol de mi madre y saboreé con entusiasmo un puñado de los coloridos dulces. ¡La espera pronto terminaría y por fin podría abrir mis regalos! Con 7 años, no podía definir la "anticipación", ni mucho menos escribir la palabra en una oración. Pero conocía esa sensación de emoción, asombro y esperanza. Lo que pronto vendría fue una bondad que me llenó el corazón de alegría. La práctica de esperar tiene sus beneficios. Tu perspectiva se enfoca. Anhelas lo que aún no ha llegado. Crees, con fe, en lo que llegará en el momento perfecto. Mediante el don de su Hijo, Jesús, Dios cumple la eterna expectativa del deseo de tu corazón, algo que solo Él puede hacer. Los Reyes Magos de Mateo 2, que buscaban al Salvador del mundo, sintieron esta expectativa al buscar a Jesús. Y cuando lo encontraron, respondieron con sincera adoración, porque esto es lo que sucede cuando tu esperanza en Dios se cumple: Él te llena de un gozo indescriptible. Reflejar ¿Qué esperas para esta Navidad? ¿Hay alguna relación que te haya dejado insatisfecho? Orar Señor, sentimos emoción, asombro y esperanza al recordar que regresas por nosotros. ¿Nos ayudarás a depositar nuestra esperanza en ti en medio de circunstancias difíciles? A veces nos sentimos muy abrumados. ¿Nos consolarás con tu amor y paz? Gracias por recordarnos tus promesas y darnos el regalo de una alegría indescriptible. Hoy celebramos tu venida a la tierra para salvarnos. Gracias, Jesús. Amén.

¿Hasta cuándo, Señor, seguiremos sintiendo los efectos del pecado en el mundo? ¿Hasta cuándo las comunidades marginadas sufrirán tanto dolor? ¿Hasta cuándo la gente de nuestro país, e incluso la iglesia, vivirá en tal desunión? Aún no he escuchado ninguna respuesta a estas preguntas. Pero encuentro consuelo en este salmo, no porque ofrezca respuestas, sino porque redirige mi preocupación. Durante los primeros dos tercios de este breve salmo, el autor David se lamenta por no comprender el tiempo de Dios. Clama por la liberación de sus enemigos. Pero entonces David responde recordando quién es Dios. No declara su confianza en el tiempo de Dios, sino en su amor inquebrantable. David confía en quién sabe que es Dios: amoroso y bondadoso. Y confía en la promesa que Dios le dio: Dios lo salvaría. Así como Dios consoló y aseguró a David, hoy nos ofrece su amor inquebrantable a ti y a mí. Dios nos invita a compartir nuestras ansiedades con él, porque se preocupa por nosotros (1 Pedro 5:7). Quiere estar con nosotros en nuestro dolor, miedo y situaciones difíciles. La Navidad no se trata simplemente de celebrar lo que Dios hizo hace miles de años, sino de lo que está haciendo por ti cuando confías en su Hijo. Jesús es Emanuel, Dios contigo, aquí y ahora. Mientras prepara su corazón para la celebración del nacimiento de Jesús, recuerde y reflexione sobre quién es Jesús y lo que hizo por usted: le dio libertad del pecado y restauró su relación con Dios. Dios nos dio el regalo más grande: Él mismo. Reflejar Reflexiona sobre 1 Pedro 5:7: «Echad sobre él todas vuestras ansiedades, porque él cuida de vosotros». En una hoja de papel, anota todas las preocupaciones que se te ocurran. Lee y escribe Filipenses 4:6-7 en la lista. Entrégale todas esas preocupaciones a Dios. Dale gracias por encargarse de ellas. Demuestra que estás dispuesto a dejarlas ir rompiendo la lista y tirándola a la basura. Luego, tómate un tiempo para mirar hacia adelante al día de hoy. Orar Padre, gracias por cuidar cada detalle de mi vida. Tú eres Emanuel, Dios con nosotros, y me acompañas en todo lo que hago. Señor, eres tan amoroso y bondadoso. Sé que un día ya no habrá más enfermedad, dolor ni injusticia; pero ahora mismo siento tristeza y dolor. Ayúdame a mantener la alegría en mi corazón en medio de las circunstancias difíciles. ¿Nos consolarás mientras esperamos tu regreso? Gracias por venir a salvarnos. Te amamos. Amén.

Sabía que estaba mal, pero aun así tomé la guitarra de Sean, su posesión más preciada. Estaba en clase, y la tentación de ganarme la confianza de mis amigos de primer año burlándome de él a sus espaldas era irresistible. Así que puse mi mejor cara de Sean y rasgueé varias notas contundentes. Entonces una cuerda se rompió y me quedé congelado. Mis amigos se echaron a reír, pero yo me quedé ahí parado como un animal en una trampa. Quizás conozcas esa sensación: has dicho o hecho algo de lo que te arrepientes de inmediato, y una culpa ineludible te invade. No pudiste ocultar ni cambiar la situación. Quedaste atrapado en la trampa, expuesto. Según la Biblia, la ley del Antiguo Testamento se dio para producir un efecto similar. Establece un estándar de justicia imposible de alcanzar. Muestra cuán bueno es Dios y, en marcado contraste, cuán deficientes somos nosotros. Cuando sabes qué hacer y fallas constantemente, terminas sintiéndote acorralado y expuesto, como me sentí yo al sostener la guitarra de Sean. Las normas de la ley se convierten en una avalancha: cada instrucción es una bola de nieve que cae en cascada, una tras otra, hasta que quedas sepultado bajo el peso abrumador de la maldición de la ley. Sin embargo, la ley contiene indicios de que nosotros, quienes continuamente fallamos, no tenemos por qué ser quienes carguemos con ese peso. Estos indicios incluyen la Pascua, el sistema de sacrificios y las numerosas referencias a la misericordia de Dios para quienes se volvieron a Él y se apartaron de la maldad. El Antiguo Testamento anticipa la verdad claramente expresada en Gálatas 3:13: que un portador de maldición es nuestra esperanza y ayuda. Y esta esperanza es la razón por la que celebramos hoy: Jesucristo ha venido. Nuestra vergüenza ha sido transferida a Jesús, y mediante su perdón, somos libres. De una vez por todas, el pecado es aplastado y la muerte es derrotada (Hebreos 10:10,18). Reflejar ¿Qué palabras, acciones y errores te agobian? Compártelos con Dios. Si nunca le has pedido a Jesús que entre en tu vida y recibas su don del perdón, te invito a que consideres aceptarlo hoy. Él cargó con el castigo por todos nuestros pecados. Orar Señor, gracias por enviar a Jesús para que me ayudara a llevar mi maldición. Por favor, perdóname por lo que he hecho. Estoy muy agradecido de tener una relación personal contigo, mi Creador, mi Salvador, mi Padre. Gracias por llevar la carga de mis errores y fracasos y, a cambio, hacerme puro e irreprensible. Ayúdame a aceptar tu don de perdón y libertad.

Esta es la letra de una canción infantil popular. La letra continúa: «Soy uno de ellos, y tú también», y luego «Alabemos todos al Señor» (gritando los nombres de nuestras extremidades). Conocí la canción en la iglesia y transmite una verdad importante. Alabamos al Señor porque cumplió su palabra a Abraham. En el libro del Génesis, Dios le pidió a Abraham que fuera a una nueva tierra donde lo bendeciría, convertiría su linaje en una gran nación y bendeciría a todos los pueblos de la tierra a través de ella (Génesis 12:1-3). Abraham actuó por fe, sin saber cuándo Dios ejecutaría su plan. No vio la promesa cumplida durante su vida. Pero eligió adorar y seguir a Dios incluso cuando las circunstancias no parecían propicias. Dios finalmente cumplió su promesa de bendecir a todos los pueblos de la tierra al enviar a Jesús, nacido de la familia de Abraham, para pagar el castigo por nuestros pecados y perdonar a cada uno de nosotros que, por fe, decide creer en él y recibir su salvación. Y Él hizo otra promesa: Cuando Cristo regrese, el pecado será erradicado y todas las cosas serán hechas nuevas. Al igual que Abraham, estamos en un tiempo de espera. No sabemos cuándo Dios cumplirá esta promesa. Pero podemos perseverar sabiendo que entraremos en nuestro glorioso hogar con Dios porque Jesús fue justo por nosotros. Quienes han elegido seguir a Jesús vivirán para siempre con Dios en su familia, como hijos e hijas en la fe de Abraham. Esa es nuestra esperanza. Este don es nuestra razón para alabar al Señor. Reflejar Cuando vayas a Dios en oración, adóralo y agradécele mediante palabras, canciones u otras expresiones de gratitud por cumplir sus promesas. Orar Señor, gracias por cumplir tu promesa a Abraham al enviar a Jesús a pagar el castigo por nuestros pecados. Gracias por hacernos tantas buenas promesas y por cumplirlas siempre. Confiamos en ti cuando dices que volverás. ¿Fortalecerás nuestra fe mientras esperamos que restaures nuestro mundo? Te amamos, Señor. Gracias por amarnos tanto que nos diste a Jesús.

“Oh noche santa. Las estrellas brillan intensamente. “Es la noche del nacimiento de nuestro querido Salvador”. Cada año, cuando ayudo a mi mamá a decorar el árbol de Navidad, "Oh Holy Night" es el primer villancico que suena por los altavoces. De niña, me encantaba la melodía y la historia. Ahora, también aprecio las profundas palabras que nos transportan al corazón de la Navidad. “Durante mucho tiempo el mundo estuvo sumido en el pecado y el error, Hasta que Él apareció y el alma sintió su valor”. Estas palabras nos hablan de nuestra necesidad de un Salvador. Cuando nuestro Dios creador puso en marcha el universo, la Biblia dice que era «muy bueno» (Génesis 1:31, NVI). La humanidad fue la cumbre de la creación de Dios, hecha a su imagen para reflejarlo . Fuimos creados para prosperar. Pero la rebelión de Adán y Eva en Génesis 3 rompió nuestra relación con Dios, y el mal entró en nuestro mundo. El pecado ahora forma parte de nuestra naturaleza. Veo el pecado en mi propia vida, en nuestras comunidades y en nuestro mundo. El pecado y sus efectos en cadena son devastadores. Morimos espiritualmente ese día en el jardín, y necesitamos la intervención de Dios para resucitarnos. “Un escalofrío de esperanza, el mundo cansado se regocija, “Porque allá despunta una nueva y gloriosa mañana”. Pero en el mismo capítulo, en Génesis 3:15, comienzan las promesas de redención y restauración de Dios. Incluso cuando Adán y Eva se alejaron de Él, Él respondió con amor y esperanza. Y esta restauración será un regalo para nosotros, no algo que podamos ganar. Jesús, nuestra esperanza prometida por Dios, sufrió y murió para que pudiéramos tener una relación restaurada con Dios, ser salvos de nuestros pecados y ser sanados. Ahora anhelamos el día en que el mundo herido sea completamente restaurado por el Mesías que nació en un pesebre. Esta esperanza es el corazón de la Navidad: que recordemos y reflexionemos sobre la esperanza que tenemos porque Jesús, el mayor regalo de Dios, vino a la tierra para salvarnos a cada uno de nosotros. Ahora, tú y yo podemos experimentar una esperanza gozosa mientras esperamos con ansias que Dios cumpla su promesa: que Jesús regrese y restaure a la humanidad y a nuestro mundo a la bondad que Dios quiso desde el principio de la creación. Que el mundo cansado se regocije. Reflejar ¿Dónde necesitas que Dios intervenga en tu vida ahora mismo? ¿Dónde necesitas la esperanza que Dios te ofrece? ¿Qué esperanza puede darte Emanuel, «Dios con nosotros», para el futuro? Ora y pídele a Dios que te dé esa esperanza hoy. Orar Padre, el mundo está cansado y anhelamos esperanza. Confieso el quebrantamiento de mi corazón y veo la destrucción del pecado en todo el mundo. Dios, gracias por amarnos tanto que enviaste a Jesús al mundo para salvarnos. Tú eres Dios con nosotros. Gracias porque, gracias a Jesús, ahora puedo tener una relación contigo. Restaura mi esperanza. Restaura el mundo.

🌿 Reflexión: El Adviento culmina con el amor, porque todo comienza y termina en el amor de Dios. Un amor que no se quedó en palabras, sino que se hizo persona en Jesús. Este amor nos llama a abrir el corazón, a perdonar, a acercarnos a los que hemos alejado y a compartir la esperanza del Evangelio. Si Dios nos amó primero, también nosotros estamos llamados a amar —a reflejar su luz en un mundo que necesita ternura y compasión. 💬 Preguntas para aplicar: ¿Cómo puedes demostrar el amor de Dios a alguien de forma práctica esta semana? ¿A quién podrías invitar a vivir contigo el verdadero sentido de la Navidad? 🎁 Comparte el mensaje El Adviento no se vive en soledad. Envía este devocional a tus amigos, familiares o compañeros de iglesia. Que juntos podamos esperar con esperanza, vivir en paz, disfrutar del gozo y reflejar el amor de Cristo en esta Navidad. 💫

🌿 Reflexión: El gozo del Señor no depende de lo que tenemos, sino de quién está con nosotros. En esta tercera semana —la del Domingo de la Alegría— recordamos que el nacimiento de Jesús trajo un gozo que nada ni nadie puede quitar. Aun en medio de los retos, el gozo de Cristo nos sostiene. Es un gozo que transforma las lágrimas en esperanza y los días grises en oportunidades para agradecer. 💬 Preguntas para aplicar: ¿Qué cosas simples te han dado alegría últimamente y te recuerdan la bondad de Dios? ¿Con quién podrías compartir una palabra o canción que le devuelva el gozo?

🌿 Reflexión: Vivimos rodeados de ruido, ansiedad y noticias que roban la calma. Pero Jesús nos ofrece una paz diferente, una que no depende de las circunstancias sino de su presencia. El Adviento nos invita a detenernos, respirar y recordar que la paz no es la ausencia de problemas, sino la certeza de que Dios camina con nosotros. Cuando su paz habita en el corazón, también puede reflejarse en el hogar, en el trabajo y en nuestras conversaciones diarias. 💬 Preguntas para aplicar: ¿Qué cosas te están robando la paz hoy y necesitas entregarle a Dios? ¿Cómo puedes ser un instrumento de paz para alguien esta semana?



