Sé que muchas personas pueden decir que a los que le llamamos señales del fin, siempre estuvieron. Siempre hubo terremotos, siempre hubo guerras y siempre hubo pestes. Y es cierto, siempre las hubo. Sin embargo, la señal no es el destino. Las señales son indicadores en el camino. Hay mucha gente que está desorientada. Mucha gente angustiada porque se siente perdida, “¿qué pasará con mi vida?” La gente intenta hacer lo que puede, incluso en muchos casos compra por demás por temor a desabastecimiento. Pero esas señales no nos tienen que generar temor, las señales nos tienen que llevar a Jesús.
Recordemos esos magos que llegaron al pesebre en Belén guiados por la señal. El propósito de toda señal es llevarnos a un destino, ese destino es Jesús. Esta señal mundial del Coronavirus nos indica que hay que volvernos a Jesús. Todos los que un día le conocieron y se apartaron, todos los que han tenido una inquietud espiritual y les faltaba una oportunidad, todos los que están firmes para fortalecer la firmeza y todos los perdidos.
Luego de haber escapado al desierto con el Pueblo de Dios y en camino a la Tierra Prometida; una mañana Moisés ve algo distinto que sucede. Ve una Señal: una zarza ardiendo. Algo muy común en el desierto. Sin embargo, esta arde y no se consume. Moisés se acercó a ver la señal porque llamó la su atención. Y Dios le iba a hablar a Moisés desde esa señal. Toda la gente está atenta a esta señal del Coronavirus. Parece que todo se salió de control y la gente está obligada a quedarse en la casa, no salir, recluirse.
Esta es la señal y Dios te encierra para hablarte, para reencontrarte con vos mismo, para reencontrarte con tu hogar.
Moisés sería usado poderosamente para llevar esperanza a un pueblo bajo esclavitud. Hoy en día hay mucha gente bajo la esclavitud del temor, hay mucha gente bajo la esclavitud de la angustia y hay mucha gente bajo la esclavitud de la muerte.
Este virus a mucha gente le hace pensar en la muerte. Muchos tienen terror a la muerte porque no tienen esperanza. Pablo dice “Para mí el morir es ganancia y el vivir es Cristo” Es imposible resolver el dilema de la muerte sin la esperanza que la Fe da. Dios llegó a tu vida para que te conviertas en un mensajero de esperanza. Es el momento para que Cristo aflore y no seamos sometidos por el Temor. Es el momento para hablar de tu Fe en Jesucristo.
Referencia:
Lucas 21:11
Mateo 2:1-2
Éxodo 3:2-4
Éxodo 4:17
Filipenses 1:21
Devocional por: Osvaldo Carnival