
A nadie le gusta que le digan lo que tiene que hacer. Consideramos que cualquier tipo de norma o ley es restrictiva. Deseamos la libertad. Queremos poder hacer lo que queramos. Incluso pensamos que sabemos lo que es mejor para nosotros y no necesitamos que nadie nos diga lo contrario. Cuando experimentamos la naturaleza restrictiva de las normas o las leyes, nos resulta difícil asociarlas con el amor. Las leyes no suelen ser amorosas, sobre todo cuando se trata de algo como un agente de policía que pone una multa por exceso de velocidad.
El concepto de ley es un concepto que nace del amor. Dios ha establecido leyes para gobernar la creación. Dios nos dio La Ley a su pueblo no con el objetivo de restringirnos de las cosas buenas, sino para protegernos de las cosas malas. La ley, en general, tiene tres funciones principales.
1. Las leyes mantienen el orden. Es algo maravilloso que la ley de la gravedad exista, aunque signifique que nos podemos caer de un árbol y hacernos daño. Sin leyes de las que podamos depender para gobernar el universo, no habría orden en nuestras vidas. No tendríamos idea de cómo vivir de un día para otro.
2. La Ley frena el mal. Martin Luther King Jr. dijo una vez que «La ley no puede hacer que un hombre lo ame a él, pero puede ayudar a evitar que un hombre lo ataque». Su vida, tristemente, demuestra que la ley es imperfecta en cuanto a frenar el mal por completo, pero ciertamente es útil ante ello. Jesús dijo que Moisés dio leyes relativas al divorcio debido a la dureza del corazón de la gente. Las mujeres eran rutinariamente maltratadas y desechadas por sus maridos por lo que Dios hizo que Moisés diera leyes relativas al «qué, cuándo y cómo» del divorcio para proteger a la sociedad (especialmente a las mujeres) del mal. Dios nos da la Ley para protegernos del mal como un acto de amor supremo.
3. La Ley es el parámetro. Nos señala nuestra necesidad de un Salvador. Al tener la Ley, tenemos una norma objetiva con la que podemos medirnos. Por lo tanto, podemos ver claramente que no estamos a la altura de la norma de justicia de Dios. Al tener la Ley, vemos que no podemos cumplirla. Reconocemos nuestro pecado y nuestra incapacidad para cumplir la norma de Dios. Llegamos a comprender nuestra desesperada necesidad de un Salvador. La Ley nos señala la gracia que se encuentra en Cristo, que es nuestra única esperanza. La Ley es una expresión del gran amor de Dios por nosotros.
Tómate un momento y reflexiona sobre tu vida y piensa en cómo Dios te ha revelado su Amor a través de Su protección.

Porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén. —2 Corintios 1:20 RVR Al crecer como hijo de un misionero, vi en primera persona lo que significaba confiar en las promesas de Dios. Mi padre y mi madre dedicaron sus vidas a compartir el evangelio, e incluso cuando las cosas se pusieron difíciles, su fe nunca flaqueó. Vivían con la profunda convicción de que Dios sería fiel, costara lo que costara. El pueblo de Israel sabía lo que significaba esperar en las promesas de Dios. Durante siglos, anhelaron al Salvador. Isaías profetizó su venida (Isaías 7:14). Miqueas predijo su lugar de nacimiento (Miqueas 5:2). Entonces, un día, en una sinagoga, Jesús desenrolló el rollo de Isaías y declaró: «Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros» (Lucas 4:21). La espera había terminado. Pero ¿y cuando esperamos y nada parece cambiar? ¿Cuándo las dificultades persisten y las oraciones no parecen recibir respuesta? Aférrate a esto: Dios es fiel. Todas las promesas del Antiguo Testamento se han cumplido en Cristo Jesús (2 Corintios 1:18–22). Si Dios puede cumplir más de trescientas profecías, puede ayudarte en tus luchas. E incluso aunque las dificultades no terminen en esta vida, Dios promete la salvación a través de Jesús, del dolor y las luchas que el pecado ha provocado en este mundo. Si Dios cumplió su palabra al enviar a Jesús, también la cumplirá contigo. Marcos Witt ¿En qué área de tu vida necesitas acordarte de que Dios es fiel? ¿Cómo puedes recordar hoy que Jesús es el cumplimiento de todo lo que Dios ha prometido? Dios, gracias porque, en Jesús, veo el cumplimiento de tus promesas. Por favor, ayúdame a confiar en tu fidelidad, aun cuando persistan las dificultades. Amén.

Y luego que Faraón dejó ir al pueblo, Dios no los llevó por el camino de la tierra de los filisteos, que estaba cerca. —Éxodo 13:17 RVR ¡Libertad! Este versículo de Éxodo nos habla del día donde el pueblo de Israel vivía lo que había soñado durante 400 años: Libertad. Sus pies cruzaban fronteras desconocidas, dejando atrás el lugar donde habían sido esclavos, Egipto. Sin embargo, Dios eligió guiarlos por el camino largo, el que iba a través del desierto, porque si tomaban el camino corto, terminarían regresando a Egipto ya que aún no estaban preparados para las batallas que podrían encontrar. Dios dijo: “Si se les presentara batalla, podrían cambiar de idea y regresar a Egipto” (Éxodo 13:17). Esto nos enseña acerca de la fidelidad de Dios y Su sabiduría en guiar a los israelitas y a nosotros. Su amor perfecto no solo te conducirá a una libertad temporal, sino a una completa y duradera. “Así que, si el Hijo los libera, serán ustedes verdaderamente libres” Juan 8:36 NVI. Aunque tu realidad actual parezca estar lejos de la tierra prometida o te sientas perdido en el desierto, el Dios de Abraham, Isaac y Jacob siempre estará contigo (Juan 14:16). Puede que nos tome generaciones y generaciones en ver cumplida la promesa, como les ocurrió a los israelitas para llegar a su destino; sin embargo, es nuestra responsabilidad recordarnos a nosotros mismos y a nuestros descendientes que Dios es verdaderamente fiel (1 Corintios 1:9). Diego Delima ¿Qué áreas de tu corazón o de tu mente necesitan libertad? ¿Cómo ves la guía de Dios en tu vida? Padre, elijo creer en tu amor fiel y en tu camino para mí. Aunque las cosas parezcan diferentes de lo que he imaginado, confío en que Tú estás haciendo una buena obra en mi vida. Tú cumplirás tu promesa sobre mi vida. Amén.

Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti. —Génesis 17:7 RVR Recuerdo una época en la que todo en mi vida parecía desmoronarse. La música, que siempre había sido mi refugio, se convirtió en una fuente de frustración. Mis sueños se hundían y me cuestionaba si realmente estaba en el camino correcto. Fue en ese momento de incertidumbre cuando Dios me recordó su pacto con Abraham. Me di cuenta de que mi vocación no dependía de mis circunstancias, sino de Su fidelidad. Igual que sostuvo a Abraham, me sostendría a mí. En Génesis 12, Dios prometió a Abraham una tierra en la que se establecería, que su descendencia sería numerosa y que todas las naciones serían bendecidas a través de él. Dios prometió: “Haré de ti una nación grande, y te bendeciré…” (v. 2 RVR). Este pacto era para todas las generaciones de Abraham, incluidos nosotros. A través de Jesús, descendiente de Abraham, Dios cumplió su plan redentor. Cuando aceptamos el regalo de Dios, de Jesús como sacrificio por nuestros pecados, entramos en una nueva relación con Él, convirtiéndonos en parte de Su familia y herederos de Su promesa. Nos enfrentaremos a desafíos. Pero el pacto de Dios sigue siendo inquebrantable. Cuando surjan dudas, recuerda que Dios es fiel. Su amor y compromiso contigo no dependen de tus circunstancias, sino de Su carácter inmutable. Esta es una buena noticia para todas las generaciones. Travy Joe ¿A qué reto te has enfrentado o te enfrentas ahora? ¿Cómo puedes recordar hoy la fidelidad del pacto de Dios? Dios, gracias porque Tú nunca cambias. Por favor, ayúdame a confiar en Tu pacto eterno y a vivir cada día con la seguridad de que Tú nunca me abandonarás. Amén.

Generación a generación celebrará tus obras, Y anunciará tus poderosos hechos. —Salmo 145:4 RVR Crecí en un hogar donde la fe en Dios era el centro de nuestras vidas. Mis padres me enseñaron a orar, a leer la Biblia y a confiar en Dios. No solo escuchaba lo que mis padres decían; también veía los principios de fe reflejados con su ejemplo en casa. Salmo 145:4 nos recuerda que la fe no es algo que debamos guardar para nosotros mismos, sino un legado que debemos transmitir. Estamos llamados a hablarles a nuestros hijos acerca del poder de Dios y sus maravillosas obras en nuestra vida. En nuestra cultura hispana, valoramos profundamente la familia y la herencia que dejamos a nuestros hijos. Compartir acerca de nuestro asombroso Dios y ser un testigo fiel para ellos es una herencia espiritual importante que tenemos el honor de dejarles. Dios nos ha llamado a ser puentes entre generaciones, asegurando que el fuego de conocer y seguir a Dios continúe ardiendo en los corazones de los que vienen detrás de nosotros. Se nos ha encomendado hablar “de tus obras poderosas y de la majestad y gloria de tu reinado [el de Dios]” (v. 12 NTV). Cómo vivamos hoy con Dios en el centro de nuestras vidas repercutirá en nuestros hijos y nietos. Y no se trata solo de nuestra historia. La mejor que podemos dejarle a nuestros hijos será la historia de Dios escrita a través de nosotros. Déjales un legado de fe. Josh Morales ¿Quién ha reflejado a Dios en tu vida a través de su forma de vivir? ¿Cómo transmites tu fe a la siguiente generación? Señor Jesús, gracias por la herencia de fe que yo he recibido. Por favor, ayúdame a ser un testimonio vivo de tu amor y a guiar a las generaciones futuras hacia tu verdad. Que mi vida refleje Tu fidelidad y que Tu nombre sea exaltado de generación en generación. Amén.

En medio de tanto pecado, Dios siempre quiere librarnos y protegernos. Hay varias historias bíblicas que nos muestran esta gran verdad, una de ellas es como Dios rescató a Lot y su familia de una ciudad llena de pecado y maldad. Otra historia es cuando Dios ordena a Noé crear un arca porque iba a enviar un diluvio a un pueblo lleno de maldad. La palabra nos dice que Noe halló gracia ante los ojos de Dios cuando la tierra estaba llena de maldad, pero Dios protegió a los que caminaban en rectitud. Con estos dos ejemplos bíblicos quiero ilustrarte que Dios siempre quiere protegernos, les dio protección a las familias de Noe y de Lot, aún en medio del pecado, del caos, Dios siempre quiere tenerte apartado para ÉL. ¡Qué lindo es terminar este devocional sabiendo que la protección de Dios es totalmente para mí y está disponible todos los días a todas horas! Ese es el amor de Dios, su cuidado y su protección para cada uno de nosotros. Así que no sólo eres amado, también eres cuidado y protegido por nuestro Dios. Oración: Dios gracias por ayudarme en mi debilidad, gracias por protegerme en medio de mi humanidad, te pido que me ayudes a estar en tu santidad. Amén.

¿A cuántos nos ha causado desesperación algún cambio en nuestra vida que no estaba planeado? Josué: un leal escudero de Moisés que pasa a ser su sucesor para ser el instrumento de Dios y así conquistar la tierra prometida. ¿Te puedes imaginar este gran cambio? Una noticia puede causar: dudas, miedos, incertidumbres, desesperación. Por lo general los cambios son así. Y estoy seguro de que en tu vida has tenido que enfrentar cambios, así como laborales, personales, amorosos y, eso no es fácil. Muchas veces los cambios causan dolor, causan tristeza, así como también causan mucha alegría o miedo. Pero la promesa de Dios es que en medio de nuestros cambios promete estar con nosotros. Él no nos va a dejar, no te va a abandonar, siempre estará contigo, a tu lado. ¿Te has sentido solo durante los cambios? Dios está ahí, es tiempo de cobrar ánimo y saber que su protección es grande y por eso incluye nuestra vida personal, nuestras batallas, nuestros cambios y el día de mañana veremos como Dios nos da protección para vivir en santidad. Oración: Dios guíame a tomar las mejores decisiones, y hoy oro para que tu protección pueda estar en cada cambio que vaya a haber en mi vida. Eres mi Padre que nunca me dejas solo. Gracias por cuidarme y amarme. Amén.

Una de las características que tiene una batalla es que posee un tiempo definido. Una batalla no es eterna, no es para toda la vida, tiene una fecha de caducidad. Dios promete estar con nosotros en medio de esas temporadas de nuestras vidas, sé que es difícil, sé que es cansado e inclusive doloroso en algunos momentos. Un personaje bíblico que todos conocemos es el rey David, él vivió muchas batallas, tanto físicas, como emocionales y espirituales. Este autor de muchos de los salmos que tenemos hoy en día escribe en el Salmo 46:1 que Dios es nuestro amparo y fortaleza, que es nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Así que las batallas no dependen de nuestras habilidades o del lugar. Dependen del Dios tan grande que nos protege en medio de ellas. Si *estás* pasando por una batalla en tu vida, recuerda esto: No *estás* solo. En diferentes circunstancias hemos buscado pronto auxilio en otros lugares, medios o personas, pero debes de saber que el único lugar seguro es Dios. *Él* te da seguridad, *ánimo* y fortaleza en medio de la batalla. Oración: Dios ayúdame en medio de mis batallas, muchas veces me he sentido cansado y débil. Renueva mis fuerzas para poder triunfar y gracias por tu protección en medio de la batalla. Amén.

El cierre del gobierno de Estados Unidos de 2025 ocurrió debido a la falta de acuerdo entre demócratas y republicanos en el Congreso sobre el presupuesto federal. El punto más conflictivo fue el nivel de gasto público, especialmente en programas de salud, ayuda internacional y subsidios sociales. Los demócratas insistieron en mantener los fondos para el programa de salud “Affordable Care Act” y otros beneficios sociales, mientras que los republicanos exigieron recortes profundos al gasto y mayor control del déficit. Al no aprobarse un proyecto de ley de financiamiento antes del 1 de octubre, el presupuesto expiró y el gobierno entró en “shutdown” o cierre federal, una medida que automáticamente suspende actividades consideradas no esenciales. Desde hace meses, las negociaciones entre ambas cámaras del Congreso se estancaron por diferencias ideológicas sobre el tamaño del gobierno y las prioridades de gasto. Además, la falta de consenso sobre cómo asignar fondos a temas como inmigración, defensa, salud y educación agudizó la confrontación. En términos prácticos, el Congreso no aprobó una ley de gastos a tiempo, lo que dejó sin fondos a la mayoría de las agencias federales.Si el cierre continúa, el impacto será cada vez más profundo. A corto plazo, más agencias federales podrían quedarse sin fondos, provocando demoras en beneficios como el Seguro Social, la asistencia alimentaria (SNAP) y la atención a veteranos. A mediano plazo, el país podría enfrentar rebajas en su calificación crediticia y menor inversión extranjera si los mercados perciben una falta de estabilidad fiscal. Las negociaciones en el Congreso seguirán en los próximos días, pero los analistas advierten que no hay señales de un acuerdo inmediato. Los demócratas presionan por un presupuesto equilibrado que mantenga los programas sociales, mientras los republicanos buscan imponer límites estrictos al gasto. Si el estancamiento se prolonga, el presidente Donald Trump podría enfrentar una fuerte caída en su aprobación y una creciente presión pública para intervenir directamente y negociar un compromiso bipartidista. En conclusión, el cierre del gobierno estadounidense no solo es un conflicto presupuestario, sino una lucha política por el rumbo del país. Las consecuencias económicas y sociales se agravan cada día, y el desenlace dependerá de la capacidad de ambas partes para alcanzar un acuerdo que permita reabrir el gobierno y restablecer la confianza de los ciudadanos.

¿Hay alguna área de tu vida en la que necesites la protección de Dios? Yo creería que sí, todos deseamos la protección de Dios en nuestra vida. Hay un personaje bíblico que siempre ha impactado mucho mi vida y este es Moisés. Vemos como desde su nacimiento Dios le ha brindado protección. Puedes leer su historia en Éxodo 2. Siendo niño, hermoso, es escondido porque el faraón había dado una orden en el capitulo anterior de que mataran todos los niños varones hebreos que nacieran y dejaran solo con vida a las niñas. Dios cuidó de él, lo protegió para que viviera, porque tenía un propósito y este era liberar a un pueblo de la esclavitud y guiarlos a la tierra prometida. No sé cuál es tu situación, pero si estás leyendo esto es porque Dios ha tenido cuidado de ti, y Dios quiere seguir cuidándote para seguir cumpliendo el propósito de ÉL en tu vida. Dios quiere cumplir sus promesas y tú debes estar confiado en que ÉL te dará su protección en cualquier lugar que necesites. Dios es un Dios de amor, que te cuida y protege porque eres especial. Has nacido para un propósito increíble. Oración: Toma unos minutos para pedirle a Dios por cada área en tu vida donde necesites protección, no sé por cual situación estas pasando, pero Dios tiene el control. Pide protección para tu vida. Amén.

¿Cuántas veces te has sentido solo? ¿Indefenso? ¿Que necesitas un lugar seguro? Si te has sentido así, este devocional es para ti. ¿Sabías que hay alguien que nos da una protección divina? Dios posee muchos atributos, uno de ellos es que es un Dios lleno de amor. Ese amor se desborda en darnos una protección divina, un cuidado personal en cada una de nuestras distintas áreas de nuestra vida. Cuando estés pasando momentos difíciles, tribulaciones o alguna prueba recuerda quién es Dios en tu vida y que su protección y cuidado hoy están a tu favor. Él tiene cuidado de ti, así como los padres tienen cuidado de sus hijos recién nacidos. Dios está dispuesto no solo a cuidarte, sino a enseñarte cuál es el camino correcto y las decisiones que debes tomar en tu vida. La divina protección de Dios estará al cuidado de cada circunstancia y batalla en tu vida, no estás solo o sola en esta vida, tienes al más grande de tu lado. Su nombre es Alfa y Omega; Principio y el Fin; el que es, el que era y el que ha de venir; el Todopoderoso. Solo en Dios hay salvación, solo en Dios hay cuidado, solo en Dios habrá refugio. Esta es su divina protección. Oración: Hoy es un buen tiempo para agradecer a Dios por su protección. Toma unos minutos y agradécele por cada área en tu vida, donde has visto la mano de Dios protegiendo y cuidando tu vida. Amén.