Nuestra guía

Ser el padre o papá de otra persona trae mucha alegría. Pero para experimentar completamente esa alegría debes esforzarte, y todo empieza por adoptar la perspectiva correcta.
Entiende que, ya sea que tus hijos compartan o no tu ADN, no te pertenecen realmente. Le pertenecen a Dios. Él los hizo. Él los conoce. Él tiene un plan para ellos, y sus planes son siempre los mejores.
Tú eres simplemente un mayordomo, o un cuidador, de los hijos que han sido confiados a tu cuidado, y lo que tú quieres de/para ellos no es tan importante como lo que Dios quiere de/para ellos. Siendo así, debes asegurarte de que tus vías de comunicación con Dios estén abiertas y limpias.
Si no tienes a Dios como tu propio Padre Celestial, ríndele tu vida hoy. Confiesa el pecado que te separa de Él, acepta su perdón y convierte a Jesús en el jefe de tu vida. Cuando lo hagas, Dios te adoptará como su hijo para siempre y empezará a hablarte directamente a tu corazón por el poder de su Espíritu Santo a través de su Palabra, la Biblia.
Si ya lo conoces, invierte tiempo reenfocando tus pensamientos e intenciones en Él. Permítele «limpiar la casa» de tu corazón, es decir, librarte de todo lo que no coincida con su voluntad y naturaleza para que nada pueda interferir con tu capacidad de escucharlo mientras te guía a través de la mayor aventura de tu vida: la paternidad.
¿Son tus vías de comunicación con Dios lo que deberían ser?
¿Estás listo para ser el padre que Dios quiere que seas, el padre que tus hijos necesitan?
Si es así, da gracias a Dios por ello. Si no, ponte a trabajar con Dios.
Lee Hechos 17:24-28, Gálatas 4:4-5 y Efesios 1:13-14.

El Papa Francisco falleció este lunes 21 de abril de 2025, a los 88 años, en su hogar dentro del Vaticano, la Casa Santa Marta. La noticia fue confirmada por el cardenal Kevin Farrell, actual camarlengo del Vaticano. Jorge Mario Bergoglio, de origen argentino, hizo historia al convertirse en el primer Papa latinoamericano y jesuita. Desde su elección en 2013, condujo la Iglesia Católica con un estilo pastoral enfocado en los más desfavorecidos y promovió importantes reformas internas. Su papado estuvo marcado por su compromiso con la justicia social, la promoción de la paz y la protección del medio ambiente, dejando como herencia una imagen de profunda humildad y empatía. El miércoles, su cuerpo será llevado a la Basílica de San Pedro, donde los fieles podrán despedirse y rendir tributo. Atendiendo a su voluntad, será sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor, en lugar de las tradicionales grutas vaticanas, rompiendo con una antigua costumbre papal. Por su parte, el Colegio de Cardenales se alista para convocar en los próximos días un cónclave, en el cual se elegirá al nuevo pontífice.

Incompresible para cualquiera es la muerte de alguien joven, como era Jesús. Alguien en la flor de la vida, un jóven con grandes posibilidades, a la vista de sus dotes sanadoras, sus palabras que impactaban en los que las escuchaban, la autoridad que le acompañaba y que se hacía evidente ante los ojos de todos, incluso ante aquellos que le veían como un enemigo para su posición. Toda una vida llena de posibilidades cortada en pleno apogeo. Para Jesús, su hora era el cumplimiento de su misión, aquello para lo que se había preparado. En cierta forma era el gran momento esperado, y sin embargo, un momento cruel, que los evangelistas nos relatan a grandes rasgos sin entrar en detalles escabrosos; sólo cuentan lo imprescindible y aún así nos impacta leer esos relatos. Ahí está Jesús, sin culpa alguna, arrestado, sometido a varios juicios, condenado, maltratado y crucificado como un criminal. Y durante todo ese proceso, Jesús sigue en su línea, pidiendo el perdón para sus verdugos, redimiendo a un ladrón arrepentido, preocupado porque su madre no quede sola y desamparada. Así que pudo exclamar: ¡Consumado es! En definitiva, como escribirá el evangelista: “Todo lo ha hecho bien”. (Marcos 7:37) La obra de la redención se ha cumplido de forma evidente ante los ojos de aquella generación. Cuando se contempla la vida y muerte de Jesús, uno no queda impasible. Todo en Él es diferente. Jesús convierte lo cotidiano en extraordinario. Aquello que parecía ser una muerte más, otro crucificado del régimen, era, por el contrario, algo extraordinario: Dios mismo, en la persona de Jesús estaba haciendo justicia por el pecado de toda la humanidad, en la persona del único inocente. Oración.- Cada día Señor en nuestras vidas te mueves de forma extraordinaria. Gracias por tu ejemplo que nos invitas a seguir. Ayúdanos a ser auténticos seguidores de Tí, no simplemente creyentes en Tí.

¡Qué alentador resulta saber que hay gente orando por ti! ¡Qué enriquecedor y consolador es orar por otros! En Juan 17:6-26 Jesús ora por sus seguidores, por sus amigos. En el momento de su partida, a Jesús le preocupan sus amigos: Ora para que sean guardados (17:6-12) Para que sean santificados (17.13-19) Para que todos sean uno (17:20-23) Para que vean su gloria (17:24-26) Las preocupaciones de Jesús por sus amigos distan mucho de nuestras preocupaciones, en términos generales, porque Jesús sabe cuáles son nuestras auténticas necesidades vitales y pide al Padre por ellas: Guardados del pecado y del mal. Sólo Él puede ser nuestro guardador. Santificados para hacer visible el nombre de Dios en nuestras vidas. Es en Jesús donde podemos ser santos a través de la obra del Espíritu. Siendo uno, para no escandalizar y ser tropiezo para otros. Jesús, nombre que une a todos los cristianos, y los une en torno a la escandalosa cruz. Viendo su gloria, la del vencedor para que nunca nos falte el ánimo y la esperanza. Aquel que fue levantado en gloria de entre los muertos. Realmente Jesús conoce nuestras necesidades, sólo apegados firmemente a Él podemos ver respondidos nuestros anhelos. Ya les prometió a sus discípulos: No os dejaré huérfanos; volveré a vosotros. (14:18 RVR2020) Jesús está preparando a sus discípulos para el momento de su ausencia. Les da todo tipo de seguridades para que no se turben y estén tranquilos. No los dejará desamparados o huérfanos. La palabra es "órfanos", de la que viene la española con el mismo sentido: literalmente sin padre; pero también se aplicaba a situaciones de desamparo y falta de protección, como en el caso de los discípulos o estudiantes privados de la presencia y enseñanza de un querido maestro. Es un término con fuertes connotaciones en el A.T., donde el huérfano es el prototipo del que está a merced de los poderosos, es aquel con quien se cometen todas las injusticias (Is. 1:17,23). Sin embargo, los creyentes en Jesús nunca estarán huérfanos. Pero dando un paso más, vemos lo maravilloso que es el misterio y ministerio de la trinidad: Tanto Jesús en su ministerio (ha llamado a sus discípulos hijitos) como el Espíritu Santo (otro Consolador) se funden en un único papel con el Padre. Dios, uno en tres, llevando a cabo un mismo plan, afrontando cada situación como conviene, ejemplo divino de lo que significa el verdadero trabajo en equipo. Antes de ir a la cruz, Jesús indica a los suyos que sin Él nada pueden hacer, porque Él es el vencedor, que ora por la gloria de Dios y por todos aquellos que le siguen, no dejándoles huérfanos. Ahora viene la cruz. Oración.- Nos quebranta el ver tu interés por nosotros. Nos conmueve el poder contemplar al Dios trino trabajando para nuestra salvación. Gracias Señor por tu obra perfecta en la cruz. Gracias por permitirnos formar parte de una familia con Padre único y eterno.

1 Después de decir todo esto, Jesús levantó los ojos al cielo y exclamó: — Padre, ha llegado la hora. Glorifica a tu Hijo para que también tu Hijo te glorifique a ti. 2 Le has otorgado potestad sobre toda la humanidad para que dé vida eterna a todos los que tú le confiaste. 3 Y en esto consiste la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. 4 Yo te he glorificado en la tierra habiendo llevado a cabo la obra que me encomendaste. 5 Ahora pues, Padre, glorifícame junto a ti con aquella gloria que tuve contigo antes de que el mundo existiera. Vivimos en una sociedad donde se valora de forma especial alcanzar la gloria y ser famoso. Incluso hemos creado nuestras propias “estrellas” de la fama, a las que admiramos, incluso tratamos de emular en algún momento. En el sermón del Monte Jesús enseñó a los discípulos la manera de orar y los motivos por los cuales orar, es decir, lo que ellos debían desear para sí mismos (Mat. 6:5–15). En la primera sección de este capítulo 17 del evangelio de Juan, Jesús expresa su más profundo deseo para sí mismo (vv. 1–5) esencialmente, el cumplimiento de la voluntad del Padre. El tema principal de esta parte de la oración es la gloria. El término gloria significa opinión, lo que yo pienso y lo que otros piensan de mí. Generalmente se usa para hablar de la buena fama de alguien. Hace referencia a la reputación, honra, y también al esplendor. Para Jesús, la gloria de Dios es que la humanidad le conozca, “que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”, y en la cruz reconocemos la gloria de Jesús y de Dios. Hoy somos nosotros quienes hablamos de la gloria de Dios, somos la muestra de su fama y el buen nombre de Dios. ¿Qué nos motiva en la vida, nuestra fama o la fama de Dios y de Jesús? Si vivimos separados de Él, posiblemente nuestra fama sea lo importante, si vivimos unidos a Él, su fama, su buen nombre será exaltado. Oración.- Jesús que tu fama sea lo primero. Señor necesitamos dejar a un lado nuestras prioridades personales y mirar a tu Reino. Ayúdanos a proclamarte en nuestro entorno. Gracias Jesús, por mostrarnos a través de tu vida lo realmente importante.

A ninguno nos gustan las despedidas, de manera especial cuando se trata de nuestros seres queridos, los más íntimos, a quienes hemos abierto nuestro corazón, con quienes hemos vivido momentos alegres y otros no tanto. El discurso de despedida de Jesús (Juan 13—16), culmina con el capítulo 17 que constituye el “mensaje” final, un tipo de testamento, un “adiós”, luego viene su arresto y ya no habrá otra oportunidad de comunión con los discípulos hasta después de la resurrección Es relevante de forma especial la idea final del capitulo 16. Juan 16.32–33 (RVR2020) 32 Se acerca el momento, mejor dicho, ha llegado ya, en que os dispersaréis cada uno por su lado y me dejaréis solo. Mas no estoy solo, porque el Padre está conmigo. 33 Os he dicho estas cosas para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción, pero confiad: yo he vencido al mundo. ¡Estas son las palabras de alguien que se sabe Vencedor! Por esto pudo decirles “separados de mí nada podéis hacer”. En definitiva, los que dependen de Jesús están con el Vencedor. Jesús consciente de su misión, del propósito de su corta vida, indica que la hora viene, y que esto trae consecuencias para aquel pequeño grupo de amigos, ellos van a ser dispersados o esparcidos, como la semilla que esparce el sembrador durante el período de la siembra. Si aquel grupo de amigos entendieron las palabras de Jesús, sin duda alguna tuvieron que ser dominados por cierto temor y gran incertidumbre: Toda su vida buscando lo que ahora tenían (tenían un Rabbí, no uno cualquiera, era Jesús, y estaban viviendo con él, en comunidad) y ahora les dice que van a ser esparcidos cada uno por su lado, !y que le dejarán solo! Pero si hace nada les enseñó que “separados de mí nada podéis hacer”. Con seguridad, más de uno pensaría: ¡Jesús no entiendo nada! En más de una ocasión no entendemos las cosas de la vida. Pero Jesús es honesto con nosotros: 33 Os he dicho estas cosas para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción, pero confiad: yo he vencido al mundo. Paz en medio de la aflicción, confianza en medio de la incertidumbre, seguridad en medio de la duda, porque Jesús ha vencido al mundo. Y solo viviendo unidos a Jesús podremos disfrutar de todo ello. Oración.- Señor Jesús, ayúdame a recordar hoy que porque tu venciste en la cruz es que yo puedo vencer hoy. Quiero fijar mis ojos en ti y saber que tú estás conmigo y que contigo todo lo puedo. Amén

1 "Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador. 2 Quitará todo pámpano que en mí no lleva fruto y limpiará todo aquel que lleva fruto, para que lleve más. 3 Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado. 4 Permaneced en mí y yo en vosotros. El pámpano no puede llevar fruto por sí mismo si no permanece en la vid. Del mismo modo ocurre con vosotros si no permanecéis en mí. 5 Yo soy la vid; vosotros, los pámpanos. El que permanece en mí y yo en él lleva mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer." Puede ser un día cualquiera, todo parece transcurrir según la normalidad esperada aunque, estando con Jesús, siempre queda el factor sorpresa. Sus discípulos lo saben, no en vano llevan tres años caminando junto a Él, escuchando sus palabras asombrosas, a veces enigmáticas, y ver sus prodigios y señales. Aquel día Jesús quiere descubrirles la dependencia que tienen de Él y les habla de la vid, el labrador y los pámpanos. Una imagen bien conocida para aquellos hombres criados en su mayoría en zonas rurales. Pero les habla de forma lapidaria: porque separados de mí nada podéis hacer. Uno de los grandes logros que el hombre generalmente valora o aspira a tener, es la independencia. Muchos países tuvieron guerras para lograr su independencia, nuestros jóvenes aspiran a independizarse; valoramos en gran manera tener independencia económica, independencia de actuación, poder hacer (pensamos) lo que queremos. Y Jesús, hablando a sus amigos bajo esa imagen conocida de la vid y los pámpanos les dice: separados de mí nada podéis hacer. ¡Cuántas cosas en la vida hemos intentado hacer separados de Jesús y hemos visto los resultados generalmente negativos! Escribía el famoso reformador Martín Lutero: “He conservado muchas cosas en mis manos, y las he perdido todas, pero todo lo que he puesto en las manos de Dios, todavía lo tengo.” La gran sorpresa de aquel nuevo día con el Maestro fue la lección del pámpano: la libertad que supone la dependencia en Jesús. Para Pablo, años más tarde, ser libre de la Ley será convertirse en siervo de Jesús. Por otro lado, Jesús está a punto de enfrentarse a su gran prueba de fuego donde, a los ojos del mundo, va a quedar como un perdedor. ¡Y les dice a los suyos sin mí nada podéis hacer! El secreto de la auténtica libertad del ser humano consiste en vivir con Jesús, confiándole todo, viviendo bajo su cuidado. Oración.- Señor, necesitamos confiar en Tí, solo en Tí. Quita de nosotros cualquier motivo de confianza que no seas Tú.

Dios te da a tu familia, tus padres y hermanos, para mostrarte un ejemplo de cómo es tu relación con Él y quién es Él para ti. Todos quieren padres que los amen y se preocupen por ellos sin importar lo que pase. Bien, así es Dios. Él te ama y se preocupa por ti más profundamente de lo que puedes imaginar. Tus padres tratan de cubrir tus necesidades. Dios ya proveyó lo que necesitas. Tus padres te ayudan a crecer y formarte en quien te vas a convertir, pero finalmente, Dios es quien te hace crecer y madurar. Pero aquí es donde tienes que ser cuidadoso. Todos tienen diferentes tipos de padres, y aunque ellos son un ejemplo de Dios, no son Dios. Dios es mucho más grande que cualquier relación que tengas en esta tierra. No hay nada que se compare. Dios nunca te va a decepcionar, lastimar, abandonar o cometerá errores. Y todos los humanos cometen errores. La gente se equivoca. A veces incluso hasta los padres meten la pata. Así que, aunque tus padres puedan ser un gran ejemplo y reflejo de quien es Dios, ten cuidado de no hacer de Dios alguien que no es. Mientras tus padres pueden tener malos días y perder la paciencia contigo, Dios no tiene días malos. A veces tus padres te van a disciplinar de formas hirientes. Dios nunca te lastimará. Dios es perfecto y Su amor nunca falla. Tú eres de Dios. Tú le perteneces. Él te ama y le importas, y tú eres Su hijo. Dios te dio a tus padres para ser un ejemplo de tu relación con Él. Puedes aprender mucho de quién es Dios a través de la relación con tus padres. Pero recuerda: Dios no es tus padres. Y bueno, tus padres no son Dios.

El 14 de abril de 2025, Blue Origin realizó con éxito su misión NS-31, marcando un hito en la historia de la exploración espacial al lanzar la primera tripulación compuesta exclusivamente por mujeres desde 1963. A bordo del cohete suborbital New Shepard, seis destacadas figuras de diversos ámbitos vivieron una experiencia única al alcanzar los 106 km de altitud y experimentar la ingravidez durante aproximadamente tres minutos. Tripulación de la misión NS-31: Katy Perry: Cantante pop y primera artista musical en viajar al espacio. Lauren Sánchez: Filántropa, piloto y vicepresidenta del Bezos Earth Fund. Gayle King: Periodista y presentadora de CBS. Aisha Bowe: Ingeniera aeroespacial y ex científica de la NASA. Amanda Nguyen: Activista por los derechos civiles y nominada al Premio Nobel de la Paz. Kerianne Flynn: Productora de cine. La misión NS-31 ha sido celebrada como un avance en la representación femenina en la exploración espacial, aunque también ha generado críticas sobre el elitismo y la relevancia de tales viajes en el contexto de los desafíos globales actuales. Con este vuelo, Blue Origin reafirma su compromiso con el turismo espacial y la inclusión, inspirando a futuras generaciones a soñar con las estrellas.

¿Tienes hermanos? Si los tienes, estoy seguro de que tu relación con tu hermano o hermana se ve de una de estas dos formas. Uno: Te llevas muy bien con ellos, o dos: pelean todo el tiempo. Si te llevas bien con tus hermanos y tus padres, ¡eso es muy bueno! Pero si no te llevas bien, entonces tienes que saber esto. Cuando peleamos o discutimos con nuestros hermanos o padres, causa separación entre nosotros. Hace que la relación se rompa, y así es como en las familias se alejan unos de otros. Los amigos vienen y van, la vida se pondrá más difícil, las cosas cambiarán, pero tu familia permanecerá. Puede ser difícil entender esto ahora, pero tus hermanos pueden ser algunos de tus mejores amigos cuando crezcas. Las cosas que te dicen tus padres probablemente tendrán mucho sentido algún día. Tú no escogiste a tu familia, pero tienes que vivir con ellos. Tienes que darte cuenta que Dios te puso en la familia que tienes. Así qué, ¿qué puedes hacer con la familia que Él te dio? ¿Cómo puedes desempeñar un rol positivo en ella?

La realidad es que, todos venimos de familias tan diferentes, ¿no? Algunos tienen un montón de hermanos mientras que otros son hijos únicos. Algunos tienen ambos padres o padrastros, otros viven con familias adoptivas o parientes más lejanos. Sin importar cuál sea tu dinámica familiar, recuerda esto: Dios sabía la familia en la que ibas a estar, y Él usará a tu familia para ayudarte a convertirte en la persona que Él desea que seas. Créelo. Tu familia puede refinarte e incluso fortalecerte para que te conviertas en quién Él quiere que seas. Y es cierto, tú no escogiste la familia que tienes, pero sí eliges cómo puedes actuar, comportarte y vivir dentro de la estructura familiar que tengas. Dios quiere que muestres Su amor a tu familia sin importar cual sea tu situación. Puedes elegir hacer las cosas más difíciles, discutir y no escuchar, o puedes elegir amar bien a tu familia y mostrarles de qué se trata el amor de Dios.